martedì 12 maggio 2020

Carta de la cuarentena

7 de abril 2020 


Querida amiga,

aquí seguimos...todavía no nos han dicho mucho... el aislamiento tendría que acabar el lunes... yo sé que no puede ser así, pero el Gobierno todavía no se ha pronunciado de manera clara: siguen poniendo nueves fechas cada vez un poquito mas adelante.
Yo creo que después de Pasqua van a abrir algo (ya han abierto aquí en Forlì, mi ciudad, el mercado de fruta y verdura) o a volvernos algunas libertades... pero no creo que volveremos a la escuela o a salir normalmente hasta unos meses, por lo menos. Ya se habla de cómo hacer para volver a tener clase en presencia en septiembre porque no hay lugares adecuados para garantizar la seguridad en los colegios, frente al virus.
Que mala situación! Aqui parece que nos dejen salir a pasear con un niño a la vez.
Que tontería!
Es muy peligroso... y en mi ciudad el hospital está lleno de enfermos ahora.
Entiendo que haya personas que no teniendo jardín estén hartos de quedarse en un piso, pero el contagio no ha bajado así tanto como para permitinos libertades.

En los supermercados hay demasiada gente al interior y cola fuera.
Hay que esperar de 10 minutos a media hora a veces.
El viernes pasado mi hija ha cumplido 5 años. He tenido que ir a hacer la compra mas lejos en un supermercado mas grande para encontrar las cosas que me hacían falta.
No obstante todo, ella ha conseguido tener una tarta como la quería, juguetes y vestidos de regalo y se ha quedado super contenta, aunque hemos podido celebrarlo entre nosotros y solo en video llamada con abuelas, tíos y primos.
Nunca es sencillo hacer contentos a los hijos: a veces lo intentas y no sale bien. Otras lo consigues... y es un gran satisfacción!
Era la primera tarta de fresas que hacía de aquella manera... menos mal que me ha salido bien.
Pequeños son los gozos de los niños pero grande es el sabor de aquella felicidad que ellos consiguen, que llega a los adultos y ellos solo pueden recordar de sus infancia perdida.

Hay que buscar lo positivo y es que voy aprendiendo cosas nuevas de cocina y de nuevas tecnologías y medios.

El domingo de Ramos hemos cortados unos ramos de olivos del jardín y después que el obispo los ha bendecido a través de la televisión, los hemos dado a los vecinos también. Qué nos traigan la paz!
En 2000 años de historia nunca había pasado que cerrasen las iglesias y suspendiesen las celebraciones cristianas. Ni en las guerras, ni por la peste!

Por las tardes, sentada bajo el portico de mi casa, oyendo las voces de los distintos pajaros que viven en los grandes árboles de la calle a pocas decenas de metros, puedo cerrar los ojos y imaginar ser en una oasi natural.
Leo las noticias pero no escucho los telediarios, ni miro la tele porque durante el día cuenta la situación de manera muy dramática.
Intento ser feliz con lo que hay, doy las gracias a Dios de lo que tengo, una casa grande, un jardín, un trabajo y un sueldo, pero sobretodo de la salud mía y de mis queridos.
A veces, pero, cuando pienso a lo que va pasando, a lo largo que será el tiempo que aún nos tendremos que quedarnos en casa, a lo que no puedo hacer como viajar, ver a las amigas, comer con toda la familia, ir al parque... y ni puedo pensar a cuando podré volver a hacerlo, me falta el aire.
Me doy cuenta que hay que aguantar y cruzar el círculo de fuego.


Quizás hoy haya sido un día normal,
aunque si no estamos viviendo tiempos comunes: me he levantado a las 8,30 (mas tarde que antes, cuando íbamos todos a trabajar y a la escuela fuera), sobre las 10 he empezado a dar clase a través de Internet con Google Meet, un grupo de estudiantes a la vez. Luego de prisa a preparar la comida para cinco (mi marido y mis tres hijos que acababan de desconectar del ordenador. Mientras cocinaba, he seguido contestando a los mensajes de correo electrónico de mis estudiantes que tenían problemas a enviar las pruebas de historia o de literatura.

Por la tarde, de 4 a 6 he tenido un webinar sobre como utilizar estos programas para mejorar la didáctica a distancia.

Actuamos como fuera así la vida también hace poco mas que un mes.
Así vivo yo hoy.

Ya es noche y
se levanta hacia ti
mi saludo especial
como una trompeta 
que suena en el aire tibia
para que te acuerdes de mi, 
y mi sonrisa tenaz 
te la lleva el viento 
mas allá de las Alpes, 
a través de las Pirineos, 
hasta Madrid capital.


Un abrazo